lunes, 5 de diciembre de 2016

Deméter y Perséfone


Había una vez una diosa llamada Deméter que tenía una hermosa hija llamada Perséfone. La joven tenía grandes ojos verdes y una cabellera de hermosos rizos. Vivía con su madre en el monte Olimpo y de vez en cuando bajaba a los prados a recoger flores en compañía de sus amigas.


Un día, el dios de los muertos, Plutón, también conocido como Hades, que vivía en el mundo infernal rodeado de tinieblas, se enamoró profundamente de Perséfone.


Como Plutón era muy astuto no se animó a 
acercarse sin antes pedir permiso a Zeus, el más importante de todos los dioses del Olimpo. Zeus, no le contestó ni sin, ni no, pero le guiñó un ojo. Entonces Plutón, trazó un plan para cumplir su deseo.


Un día que Perséfone, estaba recogiendo flores tranquilamente con sus amigas, se alejó distraída del grupo para recoger un narciso. En ese momento la tierra se abrió y de allí surgió el dios de los muertos en un carruaje negro. La secuestró y la llevó con él al mundo subterráneo sin dejar ningún rastro.

Las amigas no habían visto como Perséfone se había esfumado sin dejar rastro alguno. Así que nada pudieron decirle a Deméter, la madre, que sufrió por la desaparición de su hija.

Deméter, desesperada comenzó a buscarla. Se disfrazó de anciana y recorrió toda Grecia buscando alguna pista sobre su hija, hasta que finalmente Apolo le confesó quién era el responsable de su desaparición.

Deméter pensó que Zeus tenía algo que ver en este asunto y decidió vengarse. Como Deméter era la diosa de la agricultura, prohibió a los árboles dar fruto, a los pastos crecer y a las semillas germinar.
Al poco tiempo el ganado no tenía cómo alimentarse y comenzó a morir. Si esto continuaba, los hombres pronto morirían también por falta de alimento.

Zeus le ofreció regalos pero Deméter solo quería a su hija.

Todos los humanos le dijeron a Plutón que le devolviase a Perséfone, él la devolvio pero con la condición de que Perséfone no hubiera probado alimento de los muertos, un jardinero escucho la conversación y le dijo que si habia probado granada de su huerto, Plutón, al devol
ver a Perséfone le dijo a Deméter que su hija había comido seis granadas de su huerto por lo que debía regresar con él.



Cuando Deméter escuchó eso, dijo que no levantaria la maldición y Zeus al escuchar eso envió a su esposa Hera a negociar con los dioses.


Finalmente Deméter aceptó que el príncipe de las tinieblas se case con Perséfone. Su hija debía pasar seis meses al año con Plutón, un mes por cada granada que comió y seis meses junto a Deméter, su madre.

Por esa razón la tierra florece y fructifica en primavera y verano, cuando Perséfone visita a su madre y la tierra está triste y seca en otoño e invierno, cuando Perséfone está junta a Plúton.

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