En la mitología griega, la Hidra de Lerna era un antiguo y despiadado monstruo con forma de serpiente. Su número de cabezas va desde tres, cinco o nueve hasta cien, e incluso diez mil según la fuente. Tenía aliento venenoso. Hércules la mato en el segundo de sus doce trabajos. La Hidra poseía la virtud de regenerar dos cabezas por cada una que perdía. Su guarida era el lago de Lerna. Los arqueólogos han confirmado que este lugar sagrado, es anterior incluso a la ciudad micénica de Argos. Cuando Hércules llego a ese lugar en compañía de su sobrino, decidieron taparse la boca y la nariz para protegerse del aliento venenoso de la Hidra. Hércules disparo flechas en llamas para obligar al monstruo a salir. Entonces se enfrento a ella con su espada y empezó a cortarle las nueve cabezas que tenía. Pero cada vez que se le cortaba una, otra relación en el mismo lugar más fuerte que la anterior. Su sobrino le ayudo quemando el cuello de la cabeza cortada para que no renaciera otra. Al final, la Hidra murió sin cabezas y Hércules mojo las puntas de sus flechas con la sangre de la Hidra, para que así fueran mortíferas para quienes hiriese.
HÉRCULES Y LA HIDRA DE LERNA
Es un cuadro del pintor Gustave Moreau realizado en 1876, que se encuentra en el instituto de Artes de Chicago, Estados Unidos.
El pintor representa a Hércules, instantes antes de enfrentarse a la Hidra, a la que pinta como un dragón de nueve cabezas rodeado por sus víctimas.
Moreau, gran amante de la mitología griega como fuente de inspiración, representa uno de los doce trabajos de Hércules.
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