Los Juegos Ístmicos fueron unos
Juegos Panhelénicos de la Antigua Grecia, llamados así por ser celebrados en el
istmo de Corinto.
En estos juegos, como en los
olímpicos, se disputaba el premio de la carrera, el salto, el disco, la lucha y
el pugilato, sin excluir los certámenes de la poesía y la música. Una rama de
pino coronaba la frente de los atletas victoriosos.
La excepcional situación
geográfica corinta "enclavada entre dos mares", en el estrecho istmo
que une las dos partes de la Grecia continental, contribuyó al éxito e
importancia política de los juegos. La afluencia de espectadores era tan grande
que solamente los notables de las ciudades griegas del momento podían contar
con un puesto.
EL ORIGEN MÍTICO DE LOS
JUEGOS ÍSTMICOS
TESEO Y LOS JUEGOS ÍSTMICOS
La tradición ateniense menciona a
Teseo como fundador de los juegos, en recuerdo de sus hazañas en el viaje desde
Trecén a Atenas, una reminiscencia de la inicial dominación ateniense del Istmo:
"Al principio, Teseo organizó las competiciones para poder medirse con
Heracles: tal como éste logró instaurar unos juegos olímpicos en honor de Zeus,
aquél quiso merecer el honor de haber reunido a los griegos en los certámenes
en honor de Poseidón en el Istmo”
JUEGOS EN HONOR A MELICERTES
Según otra versión, el
astuto Sísifo fue el fundador de los juegos en honor de su pariente Melicertes.
Píndaro ya había descrito esta versión en un fragmento de sus Ístmicas. Esta
saga pertenece al ciclo Atamante -Ino, que inspiró a Esquilo, Sófocles y
Eurípides en la creación de varias tragedias, de las cuales no se han
conservado más que fragmentos.
Melicertes fue convertido en un dios marino benévolo,
que los romanos identificaron con Portuno. Un día, las nereidas, cabalgando
sobre las espumosas olas que agitaban las profundas aguas del Mediterráneo, se
le aparecieron a Sísifo y le ordenaron que organizase unos juegos en honor de
Melicertes, que había muerto recientemente.
Por aquel entonces Corinto padecía hambre y el oráculo
declaró que sólo unos juegos fúnebres en honor de Melicertes podían remediar
tal situación. También añadió que la corona tenía que ser de apio para así
indicar que se trataba del infierno. La corona anterior de pino se referiría
otra vez al mar, porque el pino, como el mar sin cosecha, no da frutos.
HISTORIA DE LOS JUEGOS ÍSTMICOS
El año 582 a.C. figura como fecha
inicial oficial de los Juegos Ístmicos, coincidiendo así con el momento en que Cípselo,
tirano de Corinto, logró dar resonancia panhelénica a unas competiciones
locales en honor de Melicertes, tal como hizo Pisístrato en Atenas con las
Panateneas. El programa de estos juegos era idéntico al de la ciudad de
Olimpia. Abarcaba así todos los deportes gimnásticos e hípicos, con especial
énfasis en estos últimos. Se disputaban sucesivamente el pugilato, la carrera,
el salto, el lanzamiento de disco y el de jabalina. Según Plutarco cuando en el
siglo IV a.C. se levantó el teatro se añadieron las competiciones musicales y
poéticas e incluso una prueba de pintura.
Los romanos comenzaron a
participar en estos juegos desde el 228 a.C.
Por su fuerte carácter panhelénico
y gracias a la situación geográfica central del istmo, estas competiciones
sirvieron de tribuna donde publicitar declaraciones y proclamas importantes. Después
de la famosa Batalla de las Termópilas, los peloponesios se apresuraron a
acudir al Istmo para deliberar sobre las medidas a tomar contra el rey persa
Jerjes. Filipo II convocó una reunión panhelénica
en el istmo, en la que Alejandro Magno fue proclamado estratego supremo de
todos los griegos en su lucha contra la fuerza persa.
Bajo Justiniano los magníficos
edificios de la ciudad de Corinto fueron derribados, aunque anteriormente
terremotos y pillajes habían destruido grandes estructuras arquitectónicas. Sin
embargo se levantó una gran muralla, cuyos restos todavía son visibles cercando
el Istmo.
Al fin, en 1303 los caballeros
francos lucharon en el último torneo que ya jamás había de contemplar el Istmo.
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